Te cuento algo sobre mi para que conozcas un poco más a tu maestra. Nací en Cacahoatán, un rincón de Chiapas donde aprendes a vivir entre dos gigantes: la fuerza latente del volcán Tacaná y la inmensidad abierta del mar. Quizás por eso, mi manera de ver el mundo siempre ha tenido un poco de ambos: la pasión de un volcán y la mente abierta como el horizonte del océano.

Con esa energía me vine a Tuxtla a estudiar Ciencias de la Comunicación, convencida de que mi camino estaba en el mundo de los mensajes, las cabinas de radio y las salas de redacción. Y por un tiempo, lo fue.

Buscando entender más a fondo no solo cómo nos comunicamos, sino por qué lo hacemos, me sumergí en una Maestría en Estudios Humanísticos en el Tec de Monterrey. Quería explorar el corazón de la cultura, las ideas que nos mueven.

Y fue entonces que el destino, con su gran sentido del humor, me puso en un camino que nunca esperé.

Por azares del destino, un maestro me invitó a cubrir sus horas en la preparatoria. "Es algo temporal", pensé. Acepté el reto, un poco por ayudar, otro poco por curiosidad.

Llegué a esta preparatoria en el 2003.

Y sin darme cuenta, ese salón de clases "temporal" se convirtió en el laboratorio de ideas más fascinante en el que jamás había estado. Descubrí que todo lo que era —la chica inquieta, la comunicóloga, la humanista— cobraba un nuevo sentido frente a un grupo de jóvenes curiosos, inteligentes y con un mundo entero por descifrar.

Los semestres se convirtieron en años, y los años en más de dos décadas. Y acá estamos.

Descubrí que mi verdadera vocación no era solo comunicar un mensaje, sino ayudar a cada alumno a construir y pulir el suyo. Este espacio, chicosmood, es la evolución de ese camino inesperado: un lugar para seguir explorando juntos, con la misma curiosidad de aquel primer día. 😉